El proyecto consta de una única planta cuadrada para la vivienda y una edificación auxiliar de garaje siguiendo la misma estética y sistema constructivo. La intervención toma como inspiración la arquitectura de Santa Fe, México, en la que predominan los tonos rojizos, ocres y anaranjados. Se ha tratado con especial cuidado las texturas y composiciones de fachada exterior, intentando crear una armonía entre los huecos remarcados por cercos metálicos y las partes ciegas en tonos tierra. Tiene gran presencia y personalidad el sistema de evacuación de agua de lluvia, el cual se resuelve con unos grandes canalones proyectados hacia el exterior en cada una de las esquinas de la fachada, recordando al tipo de arquitectura que sirvió de inspiración.

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El interior se resuelve con unos espacios acondicionados a las necesidades del cliente, evitando los distribuidores y pasillos innecesarios para poder así aprovechar al máximo la superficie en planta; pequeños detalles en madera y unos revestimientos ricos en texturas dan vida y calidez a estos espacios. El espacio de urbanización se proyecta con un pavimento cerámico tipo "patchwork" compuesto por diferentes baldosas ceramicas de diversos formatos y colores junto con algún detalle de madera para crear juntas entre los diferentes sectores. 

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La construcción se realiza con bloques de termoarcilla y revestimiento tipo SATE, con un acabado en mortero mineral proyectado para un mejor acondicionamiento térmico.